La arcilla se ha utilizado durante miles de años en todas las culturas y partes del mundo. Cura innumerables enfermedades de la piel, heridas, enfermedades e inflamaciones. Los hombres probablemente imitaron a los animales, que buscan desde siempre en el barro arcilloso el remedio a sus males. También los bebés y niños pequeños tienen un fuerte inexplicable por “comer tierra” con devoción. ¿Será nuestro instinto tan conectado a la sabiduría de la naturaleza lo que los lleva a hacerlo?
Desde la Edad Media, el prestigio de la curación con arcilla ha ido desapareciendo en Occidente. Debido principalmente, al desprecio por parte de la Iglesia y el avance de la química. Pero hoy en día, es un saber que se está recuperando poco a poco.
Sus innumerables usos y beneficios son tan amplios como increíbles. Por lo que hoy, probablemente, pueda compartirte sólo algunos de ellos. Quedando siempre abierta la investigación a la curiosidad del lector. (Al final de la entrada te dejo una lista de lecturas recomendadas para ampliar al respecto.) Esta información tampoco debe tomarse como una guía para seguir paso a paso al pie de la letra ante una afección. Ni suplanta la consulta a los especialistas pertinentes.
Es el resultado de mi investigación, con el fin de acercarles un panorama más amplio sobre la cantidad de propiedades medicinales invisibles y desconocidas que tiene este recurso natural, tan noble como olvidado. Cada caso, cada cuerpo y cada persona es un mundo integral y complejo en sí mismo que debe abordarse con el enfoque, conciencia y responsabilidad correspondiente.
Si es tu primer acercamiento al tema, primero te recomiendo leer mi entrada: LAS ARCILLAS, REGALOS DE LA TIERRA. Donde te cuento las consideraciones básicas sobre su uso, tratamiento y los tipos de arcillas que existen. De esta manera vas a poder tener una base general antes de profundizar en sus usos medicinales específicos que a continuación detallaremos:
INDICACIONES DE UN ANTIGUO RECURSO MEDICINAL
Usos de las arcillas según cada afección
Parásitos: El uso de la arcilla como antiparasitario, es algo que los animales en estado “salvaje” y las personas (niños), hacen en forma intuitiva. La ingesta de arcilla estimula la eliminación de parásitos, tanto unicelulares (amebas), como gusanos (helmintos) y sus toxinas. Se ingiere en ayunas apenas una cucharadita (tamaño café) de arcilla en polvo disuelta en medio vaso de agua, durante 14 días corridos. Posteriormente descansar 7 días y luego continuar 7 días más. Las mujeres que cursen el período menstrual, deberían dejar de ingerirla durante esos días, continuando luego normalmente.
Dolores óseos (artrosis, reuma, artritis, golpes, esguinces, etc): Emplastos de arcilla caliente. Se aplica directamente o bien envuelta en una tela fina de algodón. No menos de 2 horas. Si es posible toda la noche y lejos de las comidas.
Hígado inflamado, problemas de riñón: Emplastos calientes sobre la zona afectada. Entre 1 y 2 horas. Lejos de las comidas.
Estómago perezoso: 7 días corridos durante la noche de emplastos fríos sobre el estómago. Lejos de las comidas. Diarreas: Emplastos calientes sobre el estómago. Preferentemente de noche y lejos de las comidas. No más de dos aplicaciones.
Pediculosis: Se debe lavar por la noche la cabeza con agua y jabón blanco común. Previamente se preparan 3 cucharadas soperas con un poco de agua mineral en un bol enlozado o de barro. Se mezcla con una cuchara de madera y se hace una mezcla chirle. Luego aplicar con las yemas de los dedos la arcilla sobre toda la cabeza, especialmente en la raíz del cabello y luego aplicar un gorro y dormir toda la noche. A la mañana volver a lavar el cabello, secar bien. Luego pasar el peine fino y antes de salir o vestirse aplicar la arcilla seca, pero apenas un poco como si fuera talco. Se repite durante mínimo 7 días hasta que desaparezcan las liendres, (huevos).
Caspa, seborrea, caída de cabello: Lo mismo que en la pediculosis, pero sin pasar el peine fino. En estos casos repetir diariamente hasta 3 días después de que se note la mejoría. Como preventivo se puede hacer una vez cada 20 días.
Diabetes: Se hace por lo menos cada 3 días un emplasto frío sobre la zona del páncreas, por la noche y lejos de las comidas. Mínimo 2 horas o toda la noche. En diabetes muy avanzada es preferible todos los días hasta observar que baje.
Cálculos renales: Emplastos calientes directos sobre la zona de los riñones hasta eliminar las piedras. Siempre de noche y lejos de las comidas. Mínimo mantener 2 a 3 horas.
Problemas oculares de todo tipo (glaucoma, cataratas, presión ocular, conjuntivitis, irritaciones, etc). Emplastos de arcilla fría, lejos de las comidas y de 1 a 2 horas todos los días, hasta la desaparición de la dolencia.
Pie de atleta (hongos): Se deben lavar todas las noches los pies con agua y jabón común. Se prepara previamente arcilla con agua mineral y pasar con los dedos en la zona afectada. Luego introducir en los pies una media amplia o envolverlos con una gasa y permanecer durmiendo toda la noche. A la mañana lavar los pies, secar muy bien y aplicar arcilla seca en polvo como si fuera talco. Es preferible hacerlo también dentro de las medias y el calzado. Esto puede complementarse con la aplicación de gotas de propóleo entre los dedos.
Psoriasis y vitíligo: Luego del baño nocturno se aplica sobre las manchas y heridas arcilla disuelta en agua mineral. Se deja toda la noche. Por la mañana bañarse nuevamente y aplicar arcilla en talco.
Úlceras, hernia hiatal, gastritis, dispepsias: Ingerir una cucharadita diaria de arcilla disuelta en agua mineral hasta sentir alivio con la dolencia. 7 días sí y 7 días no.
Cáncer de cualquier tipo: Se aplica emplastos únicamente de arcilla fría en el órgano enfermo, salvo en pulmones y columna vertebral (en estos casos evitar los emplastos). Baños de arcilla fríos (en verano) o calientes (en invierno): Se utiliza por lo menos 4 kilos por baño. Se llena previamente la bañera con agua caliente o fría (según la temperatura ambiente), luego se vierte la arcilla y se procede al baño de inmersión.
Estos baños se deben tomar por no más de 20 minutos la primera vez y hasta no más de 30 minutos luego de la cuarta vez. Se recomienda hacer el baño por la noche con el estómago liviano (no antes de 2 a 3 horas de una cena). Luego del mismo es conveniente reposar toda la noche o por lo menos 1 hora. Para que el resumidero no se tape, se debe aplicar en el mismo una tela fina o gasa y luego sobre ella aplicar el tapón, de tal manera que al proceder a vaciar la bañera; la tela haga de filtro dejando pasar únicamente el agua. Al otro día y con la arcilla seca se puede retirar fácilmente.
Estos baños son excelentes relajantes, elevan el sistema inmunológico, mejoran las dolencias de los huesos y articulaciones. También purifican el organismo de cualquier patología.
Ácido úrico alto: Emplastos fríos sobre la zona que causa molestias.
El lavado y la ducha vaginal son muy útiles en caso de colitis, lombrices intestinales, micosis vaginal e inflamaciones locales como vaginitis, cervicitis o metritis. Se disuelven 4 cucharadas soperas de arcilla en polvo por cada litro de agua. Esta aplicación tan sencilla asegura una buena higiene del aparato reproductor femenino, desapareciendo la pesadez o malestar que producen las constantes inflamaciones en el bajo vientre en muchas personas con útero.
Para el empolvado de los bebés: se recomienda la arcilla fina, más eficaz que el talco para espolvorear los rasguños y paspaduras de los recién nacidos y los niños. En palabras de la doctora Muller: “La acción desinfectante de la arcilla unida a su capacidad de regeneración rápida de los tejidos la hace irremplazable, incluso en los tratamientos de ulceraciones de todo tipo”.
Cosmetología para máscaras faciales: Se lava el rostro con agua y jabón común. Previamente preparar arcilla en polvo disuelta en agua mineral en un bol enlozado o de barro. Esta mezcla se pasa sobre el rostro con un pincel fino y ancho. Se deja no más de hora a hora y media, y luego se lava el rostro con agua. El proceso puede generar algún enrojecimiento de la piel, que remite rápidamente.
COMO SE PREPARAN LAS CATAPLASMAS
Para preparar la cataplasma, en un cuenco se vierte la arcilla machacada y se alisa la superficie, se cubre con agua lo más pura posible y se deja reposar sin remover. Debe ser de consistencia firme para que no chorree, pero tampoco demasiado espesa.
Se pone la pasta arcillosa sobre una tela gruesa, que tiene que ser mucho más grande que la cataplasma. La cataplasma a su vez debe cubrir una superficie mayor que la que se pretende tratar con la arcilla, con una espátula de madera por ejemplo se reparte la arcilla en un espesor de 2 o 3 centímetros sin amontonar.
Se coloca la cataplasma de manera que la arcilla quede en contacto directo con la piel, excepto si hay vello o una llaga, en cuyo caso puede colocarse una gasa fina entre la arcilla y la piel.
Puede quedar aplicada desde unos minutos a varias horas e incluso toda la noche, según los casos. Después, seca, se retira con cuidado, se limpia la piel con agua tibia y se tira la arcilla pues estará contaminada con toxinas.
Como soporte de la cataplasma debe usarse un tejido natural como algodón o lino, pues los tejidos sintéticos reducen la efectividad de la arcilla.
Cómo se calienta la arcilla para los emplastos cuando sea necesario
Algunos autores, recomiendan calentar en algunos casos la arcilla, personalmente no lo hago para evitar una posible disminución de sus acciones, pero te dejo las indicaciones de estos expertos, por si querés probar.
En una vasija de barro se pone arcilla común, salvo cuando es para los ojos, vagina, ano, pediculosis y toda otra zona delicada, donde se utiliza arcilla en polvo y fría.
Luego se vierte agua mineral hasta hacer una mezcla chirle y esta mezcla puesta en la vasija de barro, se introduce en una olla de metal también con agua (puede ser agua común de la canilla) y se procede a calentarla en baño maría a fuego lento y hasta que tenga la arcilla una temperatura aceptable para el cuerpo.
Tanto en frío como en caliente, la arcilla debe manipularse con vasijas de barro o cacharros o platos enlozados y con cucharones de madera. Nunca directamente en ollas de metal o plásticas.
La temperatura de la arcilla debe adaptarse a la sensibilidad de cada caso. En una zona caliente, febril, inflamada o congestionada, la cataplasma fría debe refrescar, si se calienta muy rápido en contacto con la piel debe renovarse.
En cambio, la cataplasma tibia debe calentar cuando se aplica para tonificar o revitalizar de manera general o un órgano en particular, en caso de reconstitución ósea por fractura o descalcificación, o sobre el hígado, riñones o vejiga sobre todo en caso de cistitis.
Para tratamientos de superficie de vértebras, articulaciones y piel, para reconstitución ósea en los casos de fractura, osteoporosis, descalcificación o raquitismo, la aplicación dura toda la noche excepto si se pretende sensación de frío.
Ante una llaga, lesión inflamatoria, absceso o forúnculo, la cataplasma se renueva según la rapidez del calentamiento. Por la noche puede reemplazarse por una compresa de agua arcillosa.
Al retirar la cataplasma ha de estar casi seca y dejar pocos restos de arcilla en la piel, si se pega debe correr agua tibia entre la arcilla y la piel, retirando las partículas residuales con agua sin jabón. Después de usada se tira la arcilla y se lavan bien las telas y vendas con las que ha estado en contacto, que pueden volver a utilizarse una vez secas.
Tratamientos por vía oral – CONSUMO TERAPÉUTICO DE AGUA ARCILLOSA
A diferencia de muchos medicamentos convencionales, que suelen destruir todas las bacterias de manera indiscriminada, las buenas y las malas, las sanas y las enfermas, las beneficiosas y las dañinas, la arcilla usada internamente, actúa con enorme sabiduría: se dirige siempre a la zona dañada o enferma, donde se aloja quizá durante varios días y finalmente se evacúa.
Tomada por vía oral, la arcilla provoca un efecto multilateral y absolutamente increíble:
Su intensa actividad elimina y destruye las células enfermas y activa la reconstrucción de otras sanas, actúa como agente depurador que elimina toda clase de sustancias nocivas.
Pero más allá de la acción directa e inmediata de la arcilla sobre el aparato digestivo, que contribuye a eliminar numerosos cuerpos extraños incluidos los gases, su actividad no sólo cura trastornos leves como diarrea y estreñimiento, sino que influye sobre todos los órganos y sobre la totalidad del organismo. Todo elemento enfermo que emite radiaciones negativas es atraído por la arcilla, destacado polo positivo, y eliminado.
La arcilla también limpia y enriquece la sangre y puede curar la anemia más resistente.
Lo asombroso es que no se limita a suplir la insuficiencia de cualquier sustancia en el organismo sino que estimula al órgano insuficiente y contribuye a restaurar sus funciones. “La arcilla no puede ser la única fuente de energía de los fenómenos que provoca, su eficacia se deriva de una presencia dinámica mucho más significativa que el simple estudio de las sustancias de que se compone, se trata más de un catalizador que de un agente, lo que según Dextreit se debe a que la arcilla está viva, es tierra viva que ayuda al organismo a fijar y asimilar los elementos de los que carece.”
Las sustancias catalizadoras sólo tienen que estar presentes en dosis infinitesimales, no es necesario absorber grandes cantidades de arcilla, es suficiente una cucharadita diaria.
Para uso interno conviene elegir arcilla fina, grasa y sin arena que haga rechinar los dientes. Consultá y corroborá con tu proveedor que la arcilla que estás comprando sea apta para este uso. (Muchas no están suficientemente purificadas, o las hay también irradiadas para purificarlas. Obviamente, ninguna de estas sirve)
Debe prepararse varias horas o una noche por adelantado, vertiendo una cucharadita de arcilla en medio vaso de agua, y beberse por la mañana inmediatamente después de levantarse o por la noche al acostarse. Dextreit establece en 3 semanas la duración del primer tratamiento con arcilla. Tras una semana de descanso, se reanuda el tratamiento, que continúa durante los meses siguientes al ritmo de una semana de tratamiento y otra de descanso alternativamente.
Si la ingestión de arcilla no se tolera bien, se debe acostumbrar al organismo poco a poco. Se comienza bebiendo agua que haya contenido algo de arcilla y luego se va introduciendo lentamente hasta alcanzar la dosis diaria de una cucharadita sin que el organismo se resienta. La cantidad tiene una importancia relativa, hay personas que incapaces de tragarse la arcilla, beben sólo el agua cuando la mayor parte se ha sedimentado en el fondo del vaso, con resultados satisfactorios.
Precauciones y reacciones
Para reducir la cantidad de toxinas existentes en el organismo es conveniente que a un tratamiento de arcilla le preceda un mínimo de 10 días de infusiones purificadoras y alimentación sana, basada fundamentalmente en frutas y verduras y desprovista de carne, azúcar, alcohol y sustancias químicas. El tratamiento con arcilla debe acompañarse, además, de hábitos alimenticios sanos y naturales. La arcilla no se adapta a la presencia de otras medicinas farmacéuticas, se ve por lo general anulada por los medicamentos, por lo que no es aconsejable combinar su acción con la de ningún tratamiento médico. Por favor, ten en cuenta que esto no significa que dejes de tomar tu medicación sin consentimiento de tu médico, terapeuta y/o naturópata.
Hay una serie de precauciones, especialmente aplicables en dolencias del aparato digestivo con las que la arcilla entra en contacto directo como úlceras de estómago o duodeno, enteritis, etc. Siempre es aconsejable consultar a un profesional que se haya especializado en esta terapia para que realice el debido acompañamiento.
OTRAS CONSIDERACIONES SOBRE LOS TRATAMIENTOS MEDICINALES CON ARCILLAS
Al comienzo puede parecer que el tratamiento agrava el mal, cuando no se trata más que de una acción de drenaje de la parte tratada, evidencia de la acción beneficiosa de la arcilla. Es posible que un absceso o úlcera se agrande y se abra dejando escapar pus y sangre, antes de cicatrizar y desaparecer. Igual sucede con un órgano profundo: primero se eliminan las toxinas de las zonas cercanas en una aparente agravación que a veces puede ser perjudicial si se extiende. Para evitar cualquier reacción negativa la doctora Muller aconseja que 15 minutos antes de empezar a aplicar las cataplasmas se drene el organismo mediante cura de limón, frutas, alimentación vegetariana, arcilla por vía oral e incluso aplicando laxantes. Aumentar de manera progresiva, y según se tolere, el espesor y la extensión de las cataplasmas, desde 0,5 cm. en una superficie reducida hasta 3 cm. en una superficie de 30 cm. de lado; y no interrumpir el tratamiento empezado antes de que el drenaje sea suficiente.
Marie-France Muller también aconseja no interrumpir, ni siquiera provisionalmente, un tratamiento ya empezado: “Antes de emprender este tipo de tratamiento asegúrese de que podrá seguirlo hasta el final, es decir, hasta la curación total. La arcilla limpia todo el organismo y produce reacciones en cadena que sería perjudicial interrumpir bruscamente, porque podría producirse una acentuación local de los signos”.
No obstante, si en forma simultánea no se cambian los hábitos depurativos, alimentarios, físicos y mentales, poco puede hacer la arcilla en un organismo con problemas. Si se pretende poder resolutorio, es clave complementar el uso de la arcilla con el Proceso Depurativo, método integrado de prácticas sinérgicas y complementarias entre sí.
Por ello siempre la recomendación de limpiar órganos (intestinos, hígado, riñones), desparasitar, (secuencia de distintas herramientas), depurar fluidos internos (sangre, linfa), oxigenar el medio interno (respiración profunda, movimiento físico, uso del agua oxigenada), hacer pausas digestivas (jornada semanal frutal) y adoptar una alimentación fisiológica (frutas, hortalizas y semillas activadas, preferentemente en crudo).
Recordá que lo natural no es sinónimo de inocuo. Usá las herramientas de la Naturaleza con respeto, en todos los sentidos.
Para ampliar la información podes leer las siguientes referencias:
- Propiedades de la arcilla (I y II), Pedro Ródenas, Integral nº 6 y 7, Barcelona, 1978.
- La arcilla, tierra milagrosa (Cuadernos de Naturismo) del doctor Romolo Mantovani
- El poder curativo de la arcilla, Raymond Dextreit, Ibis, Barcelona, 1988.
- La curación por la arcilla, Amar Alma-Helal, Robinbook, Barcelona, 1999.
- La arcilla curativa, Michel Abehsera, Edaf, Madrid, 1999.
- Cómo cura la arcilla, Marie-France Muller, manuales Integral, Barcelona, 2000.
- Nuevo tratado de Medicina Natural (Nuestra tierra, nuestra cura), Raymond Dextreit, Edaf, Madrid, 2001.
- Salud y belleza con arcillas, fangos y algas, Núria Langreo, Tikal, Barcelona, 2000.